Monstruos

Pienso que he fabricado un monstruo, o monstruos, porqué son muchos, más de seiscientos, y no modestos o insignificantes, si es que podría definir así a los monstruos conocidos y por conocer, por muy bien guardados u ocultos que estén ahora, y la mayoría sobreviven grandes, incluso dobles y triples a veces... Siguen vivos, potentes, algunos muy sugerentes, pero la mayoría dan miedo. Son monstruos para una catedral del Hoy y sin saberlo entonces (¿cuando?). Aunque estén algo lejos, la mayoría están muy cerca, demasiado, los siento muy presentes, pero al fin y al cabo yo soy su padre, es lógico (¿lo es?).
Algunos, aunque intuyéndoles siempre, hace años que no los veo y, cuando lo hago, siento aún miedo pero mezclado a la vez con el deseo de continuar fabricando más, pero sabiendo que es Casi imposible. Y voy a su cueva ocasionalmente... Observo (¿durante horas?) colores dormidos, soportes aún de blanco sucio y algunos pinceles: Están a la vista pero su materia se compone de almas tristes, ojos que tiemblan y corazones rotos. Fui culpable, derivando deseos de permeabilizar estratos de realidad para dias de la estúpida Razón, para dejar de manejar sueños obtusos, elaborando una falsa apariencia de no poder transportarlos de un sitio a otro, pero se movieron, y justo cuando un nuevo resplandor parecía emerger entre llagas, entre la larga (y triste) copulación enfermiza, invisible, terca, necesaria se enrocó la Pasión para ya no crear de la nada o de la tierra como el volcán vomita su lava... Así una gran Nube de la noche sacudió pensamientos y oculta, aún hoy, la gran verdad: Monstruos no olvidados del todo, pero ocultos. Ocultos como tesoros y con sus (mis) lágrimas...


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