Emociones


Delante de una pintura de Fortuny es posible y necesario emocionarse. Hoy la he visto en el suplemento del antes EP(S). Es la última obra que pintó en vida, corta vida. Era la foto más pequeña del reportaje donde también gustarme Sorolla, gran, grandísimo, pintor de la luz...
La pintura de Fortuny me sugiere casi siempre una emoción especial y desde muy joven, cuando presencié su batalla de Tetuan (por la Ciutadella, ahora debe de estar en el MNAC).. Cuando se es joven, muy joven -niño de ocho o nueve años- una cosa así no se olvida nunca. Quién sabe si propició, aquella visión, que el niño al crecer deseara ser pintor. Y lo fue, és, en parte...
Fortuny, como Velázquez, Goya y antes El Greco, son, entre otras muchas cosas, culpables de desnudar deseos... Son impulsores de emoción, crean desde un cuerpo pastoso de materia controlable en pequeñas dosis, esparcida entre pelos al tejido tratado, y desarrollan resultados posibles de la luz y la forma... Protagonistas etéreos del espectáculo supremo, por renovada lucha entre la razón y la locura. Los colores al servicio de la formación de una realidad nueva o mejor: paralela, al lado mismo de la más cercana y hermana de las otras hermanas (realidades) que van y vienen cada dia, casi siempre en sueños. Pintores que se movieron, se mueven, por entre la autenticidad del alma, del alma inquieta e inquietable, esencia de casi todo. Y de la luz.


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