Mercantilismos

Poco después de entregar a Helena hoy, con satisfacción y orgullo de creador poco o nulo "mercantilista" unas pinturas sobre papel y dando por hecho de este escaso mercantilismo en cuanto a la casi totalidad de mi obra, en todas mis épocas en general, he dado bastantes vueltas mentales a encontrar un posible porqué a esta escasez o casi nulidad de enderezar algún marketing alrededor de mis obras...

Ha sido una constante no creer, reconociendo siempre que al trabajar desde muy joven no he tenido que vivir del arte y/o de sus abrevaderos, que podía desarrollar una economía en mis exposiciones, mercados, relaciones y en los últimos años mi introducción en Internet. No, de hecho siempre he estado (mal) convencido de que soy un proletario, también del arte, pero más del "oficio" que me da de comer y a pesar que "cumplo" dentro de un mundo "financiero", precisamente también he escorado para creer en un diseño de mercadeo para mi obra y la consecuente, y necesaria, salida de los cuadros. Como decía Nonell, creo, yo pinto y basta... Esta definición, sino fuera otro mi sustento, me condenaría a pasarlas canutas para vivir, pues no creo vendiera tampoco bien mi obra. Ello podría facilitar mal venderla cuando ocasión hubiese o rebajar pretenciones, pero me es soberanamente igual. Eso sí: Voy cumpliendo y desarrollando grandes, grandísimas. cuotas de libertad creativa, no se si como consuelo de tonto, pero es lo que hay, lo que me he buscado o encontrado...
Lo más importante es el amor. Lo demuestran, muy tarde o muy temprano según se mire, el encuentro de unos esqueletos del Neolítico encontrados recientemente en Italia, donde yacen abrazados (y enamorados se supone) desde la friolera de 5 ó 6 mil años...