Navidades

Describir estas fechas desde una óptica infantil, rememorando parte de nuestra infancia metida entre abrigos y bufandas esperando con ilusión el cagatió o los juguetes de los reyes magos, es además de enternecedor también ahora, desde la gran distancia, volver a comprobar lo bien metidos que estábamos ya entre el consumismo y la materialidad más debastadora -en todos los sentidos-. Sí, claro, también quedan restos del recuerdo y alguna realidad de ser un tiempo donde parece que exista como un deseo de felicitar, cuando no abrazar o besar, a personas conocidas o no, como una especie de regreso germinal a la infancia y al deseo reprimido de que vuelvan a abrazarnos y a ser protagonistas de estas fechas, como lo éramos -interesadamente- antes... Con el tiempo casi todo se ha desvanecido, apuntando casi porqué los que tenemos hijos jóvenes seguimos aún con la mosca consumista encima, pudiendo más o menos soliviantar o soportar la realidad, sin caer en el cinismo más rancio o su contraio, también rancio, llamésmole horterismo acelerado y luminoso (por lo de las luces tontas de estos días...).
Describir estas fechas desde una óptica del arte sería más complejo y largo, pues la influencia de la navidad, además de la semana santa, en el mundo artístico ha sido remota e importante, desde las pinturas en las parades de catacumbas hasta el trato como tema en pintores como Roualt o Saura, por ejemplo...
Desde hace bastante tiempo me he ido tomando la libertad, y alta pero espaciada dedicación, de buscar orígenes y desarrollos de esta religión tan hipócrita, acomodaticia, manipulable y desconcertante como ha sido el cristianismo católico o el cristianismo en general. Sólo fuese por las largas horas pasadas en misas variadas durante todo mi infancia, entrando de lleno en las navidades y sus misas del gallo, semanas santas y cualquier evento "misable" y sus labores colaterales: Catecismo metido sin calzador, no como ahora que intentan disumular más -pero al final persiguen lo mismo: no morir de inanición y desineterés, que es peor y real...-, en el sistema educativo y en la sociedad misma, esa sí: Muy abierta y participativa como tocaba entre catalanismo militante y parlante de nuevos boy scouts, untado con antifranquismo y buen rollo de psudointelectualidad y canciones folck, para crear o mantener una nueva sociedad que, a mí me daba la impresión, acabaría siempre comprando el tortellet el domingo después de misa y antes de la comida...
Sea como fuese en los últimos años, a parte del arte -en primer lugar-, esta búsqueda de una posible verdadera historia de este fenómeno que abarca aún tanto en nuestra sociedad occidental -y muchas otras- me ha llevado a leer casi una cuarentena de libros además de revistas y artículos sobre el tema: El personaje de Jesús y la formación como religión de un posible movimiento, sólo movimiento, dentro del judaísmo de la época, sea movimiento místico o de renovación religiosa, o sea político, especialmente guerrillero contra la dominación física, política y casi religiosa del imperio romano por aquellas tierras...
De acuerdo en que se inscribe, la navidad especialmente, en un tiempo en donde parece despertar una luz, una conciencia especial, un deseo de renovación, incluso entre concordias desconcertantes o necesarias, pero se trata de un período especial y nacido mucho antes de la imposición manipuladora de fechas cristianas encima de festividades y creencias ancestrales...
Por si fuera poco todo lo del nacimiento, desarrollo y pasión del personaje está antes descrito y mitificado en otras creencias religiosas y místicas anteriores como el mitraísmo y religiones egipcias...
Pero es largo de explicar bien, seguiré en otra jornada...
Bon nadal.

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